Japón comienza una misión histórica y coloca ocho aviones, incluidos cuatro aviones de combate F-15, en diferentes bases en los Estados Unidos, Canadá y Europa en un movimiento destinado a fortalecer la OTAN. Esta iniciativa, llamada Atlantic Eagles, representa un momento importante en la cooperación militar, porque es la primera instancia de aviones de guerra japoneses enviados a Canadá y Europa.
La operación comprende un total de 180 empleados, cuidadosamente seleccionados de las bases aéreas en todo Japón. Los participantes notables son miembros del segundo ala aérea en Chitosis, el primer ala de puente aéreo táctico ubicado en Komaki, el segundo grupo táctico de puentes aéreos de Irmaa y el tercer ala táctica del puente aéreo de Miho. Esta colaboración subraya el fortalecimiento de los lazos militares y la dedicación compartida a la seguridad entre los países aliados.
Los cazadores F-15 son dos petroleros y dos petroleros de reabastecimiento de combustible, lo que mejora las posibilidades operativas de la misión. La Fuerza de Autodefensa Aérea de Japón enfatizó que la misión reconoce la conexión mutua de la seguridad tanto en la región euroatlántica como en el Indo-Pacífico, que enfatiza las implicaciones estratégicas más amplias de sus esfuerzos.
En la primera etapa de esta misión, los aviones de aeronaves de defensa propia japonesa ya se transmiten en la Base de la Fuerza Aérea Eielson en Alaska. Después de esto, el avión continuará su viaje a CFB Goose Bay en Canadá, RAF Coningsby en Inglaterra y una base aérea baja en Alemania.
Este compromiso sin precedentes no solo muestra la dedicación de Japón a las asociaciones de seguridad internacionales, sino que también marca un paso importante para expandir su presencia militar fuera de las fronteras tradicionales.