En la noche del 13 de septiembre, un avión no tripulado ruso fue al espacio aéreo rumano y marcó otro incidente en una serie de incursiones en torsión cruzada con drones rusos. Este evento siguió en una invasión anterior del espacio aéreo polaco del 9 al 10 de septiembre. El Ministro de Defensa de Rumania, Ionuț Moșteanu, informó que el radar del país detectó el dron a las 6:23 pm hora local, que fue el trepante de dos aviones de combate F-16 de la 86ª base aérea cerca de Fetești. Mo50teanu condenó las provocaciones semanales de Rusia y enfatizó la necesidad de mejorar la voluntad de defensa aérea.
El ministro de Relaciones Exteriores rumano, Oana-Silvia țoiu, confirmó que el F-16 logró seguir al dron hasta que se fue unos 50 minutos después sin daños o víctimas del espacio aéreo rumano. Ella condenó el incidente como «inaceptable e imprudente» y confirmó la dedicación del gobierno rumano para proteger su integridad territorial. En el uno al otro, dos Jets Eurofighter alemanes dispuestos a apoyar a las tropas rumanas, lo que enfatiza la disposición de la OTAN en la región.
Desde Ucrania, el presidente Volodymyr Zensky declaró que los caminos de los drones rusos se calculan cuidadosamente, lo que sugiere que su entrada al espacio aéreo de la OTAN no fue coincidencia. De hecho, el Ministerio de Defensa rumano indicó que esta era la 11a incursión de drones desde el comienzo de la plena invasión de Rusia en Ucrania. Los datos revelaron alrededor de 50 ataques de drones llevados a cabo por tropas rusas cerca de la frontera ucraniana-romana desde febrero de 2022, con escombros que ocasionalmente aterrizaban en el territorio rumano.
En Polonia, después de la anterior INVAL, el presidente Karol Nawrocki firmó un decreto el 14 de septiembre para permitir los refuerzos de la OTAN para la Operación Eastern Sentry. Esta operación tiene como objetivo fortalecer el flanco oriental de la OTAN a la luz de las recientes amenazas. Los aviones polacos y de la OTAN permanecen en alerta máxima y los sistemas antiaéreos terrestres se activaron en respuesta a los ataques de drones rusos en curso dirigidos a las regiones fronterizas ucranianas.
A medida que la situación evoluciona, las tropas rusas y bielorrusas continúan manteniendo ejercicios militares llamados Zapad-2025. Estos ejercicios, según el Ministerio de Defensa ruso, incluyen varias operaciones navales y de aviación, incluidos ataques a larga distancia y misiones de reconocimiento. Además, un Milblogger ruso sugirió que estos ejercicios son principalmente maniobras preparatorias para un posible conflicto con la OTAN.
En un desarrollo simultáneo, Ucrania planteó sus ataques a larga distancia, dirigidos a la infraestructura militar rusa y el petróleo. En la noche del 13 al 14 de septiembre, se informaron huelgas en el Kirishi -Olierfinery en Leningrado Oblast, que es crucial para la cadena de suministro militar rusa. Los Servicios de Inteligencia de Ucrania también indicaron que se realizaron huelgas contra las instalaciones químicas y ferroviarias en Rusia y ocuparon Crimea.
Al mismo tiempo, las tropas ucranianas informaron el explosivo de dispositivos explosivos en ferrocarriles que son vitales para la logística militar rusa, lo que causó interrupciones considerables. Los incidentes de sabotaje incluyen una explosión ferroviaria en Oryol Oblast que resultó en víctimas entre los miembros de la Guardia Nacional Rusa.
Las dificultades para el Kremlin van más allá de los compromisos militares; El gobierno ruso enfrenta un importante déficit presupuestario en medio del aumento de los gastos militares. Se están realizando discusiones para aumentar el impuesto con el valor agregado (IVA) del 20% al 22% como un medio para generar ingresos adicionales. Si se implementa, este ajuste fiscal puede empeorar los problemas de inflación existentes y reducir el poder adquisitivo del consumidor.
El conflicto actual muestra una interacción compleja de operaciones militares y estrategias económicas, en la que tanto las entidades de la OTAN como las rusas ajustan sus respuestas a la espera de amenazas en evolución. Si bien las discusiones diplomáticas parecen bloquear, la posibilidad de preparar preparaciones y tensiones militares a lo largo de la frontera oriental de la OTAN sigue siendo alta.