El ejército cancela el controvertido programa de evaluación de comandos, refiriéndose al proceso de selección de los oficiales


El Programa de Evaluación de Comando (CAP) del Ejército, un modelo de evaluación riguroso para los posibles comandantes del Batallón y Brigad, ha sido despedido abruptamente, según las directrices del Ministro de Defensa Pete Hegseeth. Esta decisión fue anunciada oficialmente por el portavoz del Mayor del Ejército Travis Shaw, quien confirmó que el programa «inmediatamente en vigor» había sido cancelado.

CAP, inspirado en el enfoque de la NFL Combine, comenzó durante el gobierno del presidente Donald Trump como un programa piloto y se hizo permanente a principios de 2025. Fue diseñado para ofrecer una amplia evaluación de las posibilidades de un oficial a través de una serie de desafíos físicos y mentales, incluidas las pruebas de acondicionamiento físico, evaluaciones psicológicas y revisiones de liderazgo de colegas y subordinados. Un panel de entrevistas también evaluó las habilidades de comunicación de los candidatos, y aquellos que fueron considerados «listos» habían comparado su desempeño con su fuerza laboral para las posibilidades de comando.

En una publicación sobre X cuarto, Hegseeth cancela el programa y simplemente explicó: «Buena Riddance». La evaluación que condujo a la cancelación es parte de una investigación más amplia del Pentágono de evaluación oficial y procesos promocionales. Stuart Scheller, un ex teniente coronel que se enfrentó a la corte y despido por sus críticas al liderazgo militar durante la evacuación de 2021, lidera esta evaluación.

Las cifras clave involucradas en el desarrollo de CAP, incluido Michael Arnold, quien se desempeñó como subdirector de la Fuerza de Tarea de Gestión del Talento del Ejército, han expresado su decepción por su terminación. Arnold describió el programa como una «joya de la corona» de los esfuerzos de reforma del Ejército destinados a identificar el talento y evitar que el liderazgo tóxico aumente en el poder.

Antes de CAP, el proceso de selección para los comandos de batallón y brigada confiaba en gran medida en una evaluación pasiva de la fuerza laboral en papel realizada por una junta directiva. Este método se había mantenido sin cambios desde 1975 y le faltaban las extensas evaluaciones de CAP.

Los expertos en personal militar, como Kate Kuzminski del Centro de Seguridad de Nueva Americana, han enfatizado que el regreso al sistema obsoleto se contradice por los objetivos de la selección de liderazgo basada en ganancias. Arnold también criticó la decisión de regresar al sistema anterior como ‘corto miopía’, con el argumento de que socava el progreso al seleccionar líderes capaces en función de su rendimiento real en lugar de mera documentación.

Las implicaciones de esta decisión son importantes porque el Ejército regresa a un proceso de selección que puede pasar por alto los talentos de los líderes emergentes, mientras que las deficiencias previamente enmascaradas pueden continuar existiendo en las filas.



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