Un estudio reciente ha demostrado una relación significativa entre la intervención temprana para la pérdida auditiva y un riesgo reducido de demencia. Según la investigación publicada en JAMA Neurology, los adultos con pérdidas auditivas que usan audífonos antes de alcanzar la edad de 70 años podrían reducir su riesgo de desarrollar demencia en más de la mitad en comparación con aquellos que no usaron audífonos. En particular, los hallazgos indicaron que los participantes que usaban audífonos tenían un riesgo 61% menor de «demencia para todas las causas de todas las causas».
El estudio también enfatizó que las personas menores de 70 años sin pérdida auditiva tenían un riesgo de demencia 29% menor en comparación con aquellos con pérdida auditiva no tratada. Curiosamente, los mismos beneficios protectores no se observaron entre los participantes de 70 años o más al momento de las revisiones auditivas.
La investigación incluyó datos del Framingham Heart Study, que siguió la salud de casi 3.000 participantes durante un período de dos décadas. Todas las personas tenían 60 años o más y no tenían un diagnóstico previo de demencia cuando se sometieron a una audición. Alrededor del 20% finalmente desarrolló demencia de la cohorte; En particular, el 42% de estos casos eran personas menores de 70 años en el momento de su evaluación auditiva.
Los hallazgos subrayan la importancia crucial de la intervención temprana para la pérdida auditiva como una medida preventiva potencial para la demencia. A pesar de dicha evidencia, los investigadores señalaron que solo el 17% de las personas con audífonos de uso de pérdidas auditivas moderadas a severas, lo que indica una brecha en el tratamiento que podría ayudar a innumerables personas.
Los expertos en el campo han enfatizado las implicaciones más amplias de la investigación. El Dr. Gayatri Devi, neurólogo del Hospital Lenox Hill en Northwell, señaló que alrededor del 40% de la demencia, un asunto podría atribuirse a factores de riesgo cambiantes, incluida la gestión de la pérdida auditiva. Ella enfatizó que tratar los problemas auditivos no solo ayuda en la prevención de la demencia, sino que también mejora la interacción social, un factor asociado con una mejor salud cognitiva.
Al elegir la pérdida auditiva, se reconoce como un factor de riesgo significativo para la demencia, en el que las personas que experimentan problemas auditivos que tienen casi el doble de probabilidades de desarrollar demencia y casi tres veces más probabilidades de encontrar trastornos coognitivos, como la pérdida de memoria y los desafíos de resolución de problemas.
Los síntomas que indican la necesidad de una evaluación auditiva son difíciles de escuchar en entornos ruidosos y, a menudo, piden a otros que se repitan. Los expertos recomiendan que las personas que experimenten tales señales consultan a los proveedores de atención para revisiones. La intervención temprana se considera crucial porque las personas se adaptan más fácilmente a los audífonos cuando su pérdida auditiva es leve, lo que hace que la transición sea más flexible.
Mantener los audífonos requiere celo, incluida la garantía de que se mantengan secas, cambian regularmente las baterías, limpiandolas de acuerdo con el audiólogo y los controles de escucha de rutina. Como la comprensión de las relaciones entre la pérdida auditiva y la salud cognitiva, el énfasis sigue en las medidas proactivas para proteger el pozo mental a través de un manejo auditivo efectivo.