Una nueva investigación subraya cambios alarmantes en el mar Antártico, lo que revela posibles puntos de boquilla climática que pueden acelerar los efectos del cambio climático a escala global. El estudio, dirigido por el profesor Nerile Abram de la Universidad Nacional de Australia, sugiere que la región está experimentando cambios rápidos que pronto pueden volverse irreversibles.
Abram señaló que la Antártida muestra con respecto a los signos de transformaciones continuas sobre su hielo, océano y ecosistemas. Con la ayuda de muestras de núcleo de hielo y observaciones satelitales, el equipo de investigación identificó un significativo «cambio de régimen» en el hielo marino de la Antártida, y cayó bajo los niveles durante siglos. Esta disminución, que sigue un período de considerable expansión del hielo marino, ha retirado el hielo de la costa del continente con un promedio de alrededor de 75 millas desde 2014.
Las implicaciones son terribles, porque el hielo derretido contribuye al aumento del nivel del mar. Además, el deterioro de los casquetes de hielo influye en su papel en el reflejo de la luz solar; Menos hielo significa que la radiación solar elevada es absorbida por el océano, que empeora a nivel mundial. Este ciclo de retroalimentación es crucial: más calentamiento conduce a una mayor fusión, lo que a su vez aumenta las temperaturas, creando el potencial de cambio climático no controlado.
El profesor Abram advirtió que la pérdida del helado marino antártico podría causar un proceso autosuficiente. «Incluso cuando estabilizamos el clima, estamos comprometidos a perder el helado del mar Antártico durante muchos siglos», dijo. Este calentamiento continuo amenaza otras estructuras congeladas, en particular el glaciar Thwaites, a menudo conocido como el glaciar del «día del juicio final». Si se derrite por completo, esto podría aumentar el nivel mundial del mar en más de dos pies. Estudios recientes indican que el glaciar es más vulnerable de lo que se pensaba anteriormente, en el que el agua salada caliente penetra bajo su superficie, que se preocupa por el colapso potencial en los próximos 200 años.
Además, los investigadores creen que la crema para el ICE de mar puede acelerar el colapso de la circulación sanguínea destructiva antártica, un sistema esencial que es crucial para la distribución mundial de agua caliente y nutrientes. Las proyecciones pasadas indican que esta potencia puede disminuir drásticamente en más del 50% para 2050 si el ritmo de los combustibles fósiles ardientes continúa sin cesar.
Para mitigar estos riesgos, los científicos enfatizan la urgencia de reducir las emisiones de carbono, con un enfoque claro en no exceder un aumento de temperatura de 1,5 grados Celsius. Sin embargo, advierten que ya podemos ser un punto en el que es posible una recuperación completa del entorno antártico. El estudio advierte que se podría alcanzar el punto de inversión para la pérdida de hielo irreversible de la capa de hielo de la Antártica Occidental, incluso entre los escenarios más favorables para la reducción de las emisiones de carbono, lo que puede conducir a una cascada de efectos climáticos mundiales.